PRELIMINAR

 Carlos Brück

Creo que definir a un texto como “ejemplar” habla menos de su condición de modelo y guía moral que de su dimensión de equivalencia, de comparación y sobre todo de ejemplo.

Es lo que sucede en “El Congreso”, ese cuento de Borges donde el protagonista se niega a ser retratado para obviar que el paso del tiempo lo mostraría en una pose, con un vestuario, inevitablemente pasados de moda y por eso mismo un tanto ridículos.

Ejemplo borgeano  acerca del fluir del tiempo o una anticipación prevenida. Y eso es lo que tiene que ver con estas líneas hechas decididamente un día antes de la final del Mundial de fútbol y de la posibilidad -según se dice- de ingresar en la gloria.

Líneas que siguiendo las reglas del juego de la edición de este número de Mal Estar serán leídas meses después cuando ya todo se encuentre con otros hechos de discurso. No sé entonces que quedará de estos fastos. Qué poder tendrá está gloria que podremos conseguir.

Un sector de este número está dedicado precisamente al Poder y la Gloria, un tema puesto en valor (y el valor, lo heroico es una de las condiciones de la gloria) en las Jornadas Anuales de la Fundación Proyecto al Sur.

Uno de los méritos de los textos y de quienes entonces los hablaron o luego lo escribieron, son las lecturas diferentes que cada cual se propuso hacer,  partiendo -aún así- de reconocimientos solidarios tanto a la invocación cuasi religiosa que tiene esta frase donde se celebra a un Padre, esa figura tan en controversia entre los que dicen de su opacamiento. Y los que prefieren suponer versiones que no repitan infatigablemente un dictum. O que coinciden en invocar a Graham Greene, el que advirtió que solo quería entretener a sus lectores y que por eso mismo escribió- además de El Poder y la Gloriaotros textos , ahora sí , ejemplares en sus evidencias acerca de miserias, lealtades, entrecruzamientos de intereses y personajes que se redimen a destiempo de sus propios actos.

Por supuesto que los textos tienen otros méritos que se corresponden con la trayectoria intelectual de quienes los suscriben y que estaban al tanto de una práctica de la Fundación: convocar a quienes sabiendo lo que dicen, están dispuestos a transitar por temas que no se encuadran dentro de lo que podríamos llamar en una paráfrasis  La Dimensión Conocida.

Pero así como iniciamos unas líneas reivindicando la incertidumbre de la anticipación, también podemos ubicar una cierta retroacción. Como cuando decíamos en Mal Estar 5 en el 2006, publicando el texto distinguido en la primera convocatoria del Premio Lucian Freud:

“Lo que suscribimos no es una cita sino un encuentro. Ha sido esta política la que hemos llevado adelante al crear el Premio Lucian Freud. Propiciando un encuentro con aquello y con quienes, palabras más, palabras menos, tuviesen algo para decir en ese espacio indeleble que se traza entre el psicoanálisis, la cultura y lo actual de su malestar”.

Y en el número 10 de Mal Estar continuábamos diciendo que: “Hay tantas intenciones que algunas otras pueden ser convocadas por el Premio Lucian Freud. Que en esta cuarta edición ha distinguido a quienes siendo psicoanalistas, poetas o músicos en algún momento, quedan reunidos por una escritura puesta a cielo abierto”.

A posteriori, en otras convocatorias,  seguimos agregando razones y posiciones para la continuidad del Premio y agradeciendo a quienes desde el prestigioso Comité de Lectura y el destacado Jurado Internacional se dispusieron generosamente para acceder a una definición de las distinciones.

La saga de artistas  que donaron sus obras constituyen un apartado valiosísimo, en donde en esta ocasión ha sido Eduardo Stupía quien ha brindado un original calificando así desde su producción los méritos del Premio.

Una calificación que en esta ocasión incluye a nuevos Jurados: Jorge Aleman, psicoanalista y Consejero Cultural de la Embajada Argentina en España; Osvaldo Delgado psicoanalista, docente y ensayista; y también  Mauro Libertella que no solo porta un apellido legendario ( en lo que este término leggeren tiene que ver con lectura) sino que ejerce su propia e intensa escritura.

En esta 7ma. Convocatoria del Premio Lucien Freud, Jose Luis Juresa, Premio Lucian Freud 2013, Julio Crivelli, Accesit del Premio Lucian Freud y Luis Kancyper, Mención Especial,  son los que en este número dicen lo suyo.

Y a contrapelo del ejemplo de Borges, el tiempo transcurrido entre la escritura de estos textos y la presencia de ellos en nuestra publicación, es solo el pasaje necesario para que un cierto relumbre pueda advertirse en ellos.