10as. Jornadas Fundación Proyecto al Sur
COMENTARIOS DE CIERRE
Carlos Brück
No me es fácil intervenir con comentarios que hagan a un cierre, porque después de escuchar las intervenciones de los panelistas, creo que solo puedo dejar en pie la cuestión de hacer algunos comentarios y olvidarme de que ellos impliquen hacer alguna afirmación concluyente.
Precisamente me parece que algo de la cuestión anda por ahí, en esto de rehusarse a lo concluyente, aunque de ninguna manera signifique relativizar o dejar en estado ingrávido la firmeza de algunas cuestiones, sino en todo caso proponerse una ubicación que relance algunas de ellas.
Emmanuel Swedenborg, un observador del que hoy algunos rústicos podrían decir que andaba entre la metafísica y el delirio, pero que se tomaba a si mismo, y así era leído, como una suerte de observador de la actividad de los Ángeles y de los velos y desvelos de la presencia divina, planteaba que el peor castigo dentro del infierno era estar condenado a la repetición. Nada de hogueras eternas, nada de heridas que siempre se volverían a abrir, solo nada más y nada menos, así nos lo cita Borges, que la repetición.
Justamente cuando pensamos en unas jornadas llamadas Re/construcciones de la memoria, además de la utilización casi abusiva del termino re/anudar el psicoanálisis / re/construcciones de la memoria, tratamos de deslindar lo que es la repetición de la insistencia y lo que es la mera duplicación, de aquello que en la insistencia provoca alguna diferencia.
Así entonces es que nos ubicamos en una situación, en la que se habla tanto de un suceso como de los tratamientos de ese suceso.
En este sentido, inexorablemente, los psicoanalistas vamos desde un texto freudiano que se llama “Un trastorno de la memoria en la Acrópolis”, donde el maestro después de establecer que su vivencia presente se debe a un hecho del pasado, no tiene dificultades en revisar su propia construcción (como hizo cuando fundó el psicoanálisis) y definir que la instancia de verdad, se juega precisamente en la dimensión de su recuerdo fallido, de su trastorno en la evocación.
Por supuesto que cuando habla de este fallido, así como no conoció ni a Saussure ni a Walter Benjamin, quizás tampoco conoció esa frase que dice que “no es que sea triste la verdad sino que no tiene remedio”, pero en todo caso este desconocimiento no le impidió actuar decididamente, como si supiera a quien estaba implícitamente citando.
Decía que los psicoanalistas vamos desde este texto freudiano a una afirmación hecha por Lacan: la verdad tiene estructura de ficción. Despojemos esto de cualquier relación con la falsedad, para tener muy en cuenta que aquello que de la verdad pueda decirse, tomará siempre la forma del relato, de un hecho de discurso, como decía en un comienzo.
Claro que esto plantea la posibilidad de las versiones y por lo tanto de lo verosímil. Pero también que hay algo en la versión que es la presencia de una pregunta : que es lo que sucedió?, y por eso mismo sería posible, sería oportuno, y es nada mas que un comentario, pensar en la dimensión del testimonio que implica preguntarse no solo por lo que se dice, arte de la retórica, sino también desde donde se habla, ubicación de una ética.
En este sentido también cabe señalar en estos breves comentarios, que puede advertirse en cada una de las intervenciones, la presencia de una ética que conduce aquello que cada panelista ha construido en su texto.
Y un comentario aparte en relación a re/anudar el psicoanálisis en estas jornadas de Re/construcciones de la memoria: los habitantes de nuestro país guardamos una relación particular con sus orígenes, con sus mitos fundadores. Por supuesto que ya el solo hecho de decir “habitantes” esta planteando una cierta falacia, precisamente: desde donde estoy hablando? Cortazar, como me gusta repetir, decía: uno es porteño, clase media y colegio nacional y eso no se quita así nomás.
Decir habitantes, decir nuestro país, es precisamente establecer una versión mas que un testimonio; pero aun así, decía que guardamos una relación particular con orígenes, mitos fundadores, protagonistas, agonizantes y exiliados.
Por esto mismo volver sobre las condiciones de posibilidad implica volver sobre nuestros pasos pero sin retroceder.